Nivel 1: Los discursos caracterizados por observación – Elifaz (1) y Bildad (1)

Elifaz, el temanita, (linaje de Esaú) es el más simpático de los amigos. Da énfasis sobre sus observaciones de la vida de Job (4:3-6). Observa que Job es cariñoso y caritativo. Predica el futuro y supone que Dios restaurará a Job por causa de su vida recta. (Aquí está una indicación de la doctrina de retribución divina.) Como lo veremos en el estudio, Dios restaurará a Job porque ama a Dios y porque su “trabajo” en sufrimiento ha sido completado.

Evidentemente Bildad, el suhita, habla lo mismo. Sin embargo en esta primera etapa del discurso, Bildad está un paso poco lejos de dar a Job el apoyo (Job 8:20-22). Implica, aunque no dice exactamente, la inocencia de Job.

Nivel 1: La respuesta de Job – Humildad y desesperación
Job no se defiende de lo que sus amigos le han dicho. Por eso admite libremente su desconocimiento de la naturaleza humana. Suplica el fin de sus sufrimientos y acepta que Dios comprende y controla su condición (Job 7:21; 9:2).

Hace declaraciones que refutan explícitamente la doctrina de la retribución divina y afirma, con algo de amargura, que tanto el perfecto como el impío son consumidos. (Job 9:22-24). El principio de la “oscuridad” del juicio divino es uno que todavía los amigos no han captado. Esto vale significativamente en el último análisis del Todopoderoso de aquellos quienes han “hablado lo recto” (Job 42:8)

Job termina este ciclo de discursos con una súplica sincera (consciente de su poder irresistible y autoridad) a Dios para terminar sus sufrimientos según Su voluntad (Job 10:5-9). El dolor continúa y el tono de los amigos cambia a una forma más agresiva.

Capítulo anterior: Job entiende la respuesta de Dios (Job 42)

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